La curva de aprendizaje que todo aficionado al póker debe experimentar permite ir adquiriendo nuevas destrezas y habilidades a un jugador novato. Aunque entre los curtidos un fish en póker suscita dudas y suele ser explotado, en realidad es una posición en la que hemos estado todos y es una fase natural del aprendizaje.
Un pececillo en póker es un jugador que apenas tiene el nivel suficiente como para saber cómo jugar contra alguien no ya profesional, sino de nivel intermedio. Por eso, un fish en póker suele ser el jugador que todo el mundo quiere exprimir para engrosar su pila de fichas a costa de su inexperiencia. ¿Frustrante? Mucho, pero solo hay una forma de salir de ahí: formándose.
Características de un fish en póker
Aunque en póker el fish se asocia a la inexperiencia, en realidad eso no basta para reconocerlo. Para radiografiar a un pececillo y saber que realmente es un fish al que poder hincarle el diente, el jugador debe cumplir una serie de requisitos. Sus “cualidades”, de las que no debería estar muy orgulloso, y que le va a delatar frente a jugadores de más nivel, son las siguientes:
- Juega demasiadas manos. Es lo que normalmente delata en póker a un fish: que juega muchas manos. Eso demuestra falta de criterio, lo que le va a hacer perder fichas y va a provocar que otros jugadores con más experiencia lo calen enseguida. Y eso solo significa una cosa: perder y perder hasta el infinito.
- Mantiene constantemente una posición pasiva. La iniciativa es importante en póker. Otra de las señas de identidad de un pececillo en póker es que adolece de una clara falta de la misma en cada ronda. Una pasividad que conforme pasa el tiempo se nota que no es fingida (fingirla puede ser un buen recurso para un bluff), y eso nunca lo va a posicionar bien en el juego.
- Se nota que no entiende las probabilidades. Las malas decisiones se toman por errores de juicio y/o de cálculo, pero cuando son recurrentes, denotan falta de experiencia y una profunda incomprensión de la situación de la partida, ergo es un jugador que no está comprendiendo lo que tiene ante sus ojos y está jugando a ciegas. Eso solo lo puede hacer un fish.
- Emocionalmente es imprevisible. Hay jugadores más o menos volátiles, pero los pececillos están en otro nivel. No saben controlar sus emociones, y lo que es peor: no saben disimularlas para, al menos, evitar que lo radiografíen. Algo que se mejora con la experiencia y curtiéndose con el tiempo.
- No se adapta, o le cuesta mucho. Cada cual maneja unos niveles distintos de adaptabilidad durante su proceso de formación, pero cuando cambian las tornas del juego alguien recurrentemente se nota que le cuesta engancharse, es que puede ser un pececillo que constantemente se siente desubicado. Esto normalmente viene junto a otros indicadores que habrás identificado antes, así que radiografiar al fish va a ser sencillo.
Características de un shark en póker
Los sharks o tiburones son todo lo contrario a los pececillos. Son jugadores voraces, ambiciosos, experimentados y que no van a dudar en merendarse a los inexpertos. De ahí la analogía de sus nombres.
Lo que identifica a un shark y lo diferencia de otra clase de jugadores es lo siguiente:
- Estudia el juego pormenorizadamente. Los tiburones tienen experiencia, de ahí que tengan una gran capacidad analítica. Son grandes profesionales que conocen las particularidades del juego.
- Tiene un control absoluto del juego y sus emociones. En la lectura de tells se manejan bien, pero eso conlleva una doble ventaja para ellos: saben disimular muy bien los suyos. En póker, un shark conoce cómo leer los tells de los demás sin dejarse leer, cómo jugar sin radiografiar su juego, y eso los hace muy peligrosos para un pececillo con poco recorrido.
- Juega de manera regular. La constancia es lo que los hace mejorar y mantenerse en forma, por eso son jugadores habituales en las salas de póker online. Pero eso no significa que quemen sus fichas o que jueguen por jugar. Son grandes gestores de su bankroll, garantizándose la continuidad en las mesas. Un tiburón en póker sabe cuándo atacar y cuándo ser conservador en el juego.
- Juega pocas manos. Apenas pueden llegar a jugar un 10% de las manos. Pero cuando juegan, van con todo. Su fachada de credibilidad y contundencia hace que un shark en póker infunda miedo cuando juega una mano, algo terrible para los pececillos.
- Tiene iniciativa y es disciplinado. La disciplina es uno de los pilares básicos de un shark. El póker es un juego que precisa de una gran capacidad analítica, énfasis por la formación y la adecuada gestión de los recursos, y para mejorar en el plano teórico y práctico del póker es necesario seguir unas rutinas, algo que solo se puede mantener en el tiempo siendo disciplinado. El aumento de la formación y la adquisición de bagaje les permite llevar la voz cantante en las manos que juegan.
Cómo pasar de pececillo a tiburón en póker
Para un fish en póker es frustrante llegar a ser consciente del largo recorrido que tiene ante sí para pasar de ser un pececillo a un tiburón. Pero esa metamorfosis llega sola, y se consigue culminar con formación y experiencia.
Uno no sale de la noche a la mañana de esa zona de principiantes, sino que, con la práctica, el tiempo dedicado y la adquisición de nuevas destrezas se alcanza un nivel que, automáticamente, convierte al jugador novato en un jugador de nivel medio. Un paso más que lo aleja de la zona de los pececillos y lo acerca al grupo de los tiburones.